Efectivamente,
la nevada de los días 25, 26 y 27 de diciembre de 1926 en muchos puntos del levante español la podemos considerar como uno de los fenómenos meteorológicos más recordados del siglo XX. A la presencia de un fuerte temporal de levante acompañado de intensas lluvias, propias del clima mediterráneo, se unió durante estas fechas el hecho de que dichas precipitaciones se produjeran en forma de nieve.

Así, en toda la Huerta del Segura las temperaturas se mantienen bajo cero y se generalizan las nevadas.
En Murcia se llega a acumular más de un metro de espesor en menos de 36 horas. Pero es que según las referencias periodísticas, la nieve cayó con una intensidad poco habitual en numerosas localidades del este y sur de España, incluso en ciudades y pueblos costeros como Cartagena, Almería, Málaga, Torrevieja, Alicante o Sanlúcar de Barrameda, nada acostumbrados a este fenómeno meteorológico.
Pero aunque la nevada fue general en toda la península ibérica y especialmente en toda la vertiente mediterránea, ésta fue especialmente intensa, según la prensa, en el sureste, especialmente en las provincias de Alicante, Murcia y Almería. Descuellan las cifras alcanzadas en las ciudades de
Murcia y Alcoy –más de un metro de espesor - acumuladas en 36 horas. Son significativos por lo inusual del fenómeno también los espesores alcanzados en Alicante (25 cm.), Orihuela (40 cm.) y Sax (50 cm.).

La
“gran nevada”, que es como se la conoce, provocó problemas de abastecimiento que dispararon los precios de alimentos de primera necesidad en algunos puntos especialmente afectados por la incomunicación.
En Murcia la cantidad de nieve acumulada provocó el hundimiento de las techumbres de numerosas viviendas. Con destino a los damnificados se distribuyen las cantidades de 25000 pesetas para el Gobernador Civil de Murcia, 15.000 pesetas para el Id de Alicante, 15.000 para el Id de Valencia... El total general de las cantidades distribuidas por todos conceptos, ascendió a 700.750 pesetas.